Pero en última instancia, podemos tener los profesores más entregados, los padres que más nos apoyen, y las mejores escuelas del mundo —y nada de ello importará a menos que todos vosotros cumpláis con vuestras responsabilidades. A menos que asistáis a esas escuelas; pongáis atención a esos profesores; escuchéis a vuestros padres, abuelos y otros adultos; y trabajéis todo lo duro que hace falta para triunfar.
Quizás no tenéis adultos en vuestra vida que os den el apoyo que necesitáis. Quizás alguien en vuestra familia ha perdido su trabajo, y no hay suficiente dinero. Quizás vivís en un vecindario donde no os sentís seguros, o tenéis amigos que os presionan para hacer cosas que sabéis que no están bien. Pero al final, las circunstancias de vuestra vida —vuestra apariencia, vuestra procedencia, el dinero que tengáis, lo que pasa en vuestra casa— no son una excusa para descuidar vuestros deberes escolares o tener una mala actitud. No es excusa para ser groseros con vuestro profesor, hacer novillos, o abandonar la escuela. No es excusa para no intentarlo.
(Discurso pronunciado por Barak Obama el 8 de septiembre de 2009 en la escuela secundaria de Wakefield, en Arlington, con motivo de la inauguración oficial del curso escolar).
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