Muchas son las imágenes de MIGUEL HERNÁNDEZ que conservamos en nuestra retina: la del niño cabrero de su infancia, la del joven sediento de poesía aspirante a escritor, la del soldado defensor de la República con el arma de sus versos, la del esposo y padre enamorado, la del enfermo condenado y doliente... Todas son reales, pero ninguna consigue representar por completo al poeta extraordinario que consiguió ser. Quizá en estos versos sencillos se encuentre su mejor retrato: el del hombre del pueblo que vino con tres heridas: la del amor, la de la muerte, la de la vida.
Así aparece en este GLOG en la voz y en la música de Joan Manuel Serrat. Víctor Manuel, por su parte, nos describe en su canción al hombre comprometido con una causa.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario