Empieza un nuevo curso escolar y la verdad es que no lo hace con los mejores augurios ni en la Comunidad de Madrid ni en muchos otros lugares de España. Detrás de la aparente calma climatológica se esconde la tormenta perfecta, pero esta vez no se trata de borrascas septentrionales ni mucho menos de huracanes tropicales como los que han anegado Nueva York hace unas semanas: en Madrid las turbulencias las están causando las "Instrucciones de comienzo del curso escolar 2011-2012" (4 de julio de 2011), que amenazan llevarse por delante profesores, desdobles y tutorías, en una interminable riada de recortes y un no menos interminable alarde de ofensas y despropósitos.
Nadie sabe cómo acabara esta situación ni si sabremos los profesores revertir este estado de cosas que se nos intenta presentar como irreversible. Todo dependerá en gran medida de nuestra capacidad de resistencia, como sujetos consecuentes y tenaces, a la agresión de que somos objeto. Con la intención de enfrentarnos al resto de la comunidad educativa y a la ciudadanía, se nos ha intentado presentar como unos vagos de siete suelas que solo tratan de escurrir el bulto de dos horas más de trabajo, lo que además de ser falso de toda falsedad ha añadido una innecesaria humillación a medidas que ya de por sí son letales para la educación en la Comunidad de Madrid, porque perjudican claramente su presente y son una hipoteca para su futuro. Ahora casi se nos hace responsables a los funcionarios, docentes o no, de la solución de la crisis, tiempos vendrán en que se nos acusará de haberla causado. Les sobra imaginación para eso y para más, también les sobra la voluntad de hacer de la educación pública algo residual, un sistema de beneficiencia para desfavorecidos.
El efecto de esta situación sobre muchos profesores no es precisamente alentador. Por decirlo de una manera coloquial: casi no tenemos ni cuerpo para seguir con iniciativas como las de estos blogs que sacamos adelante solo con esfuerzo voluntarista, contra la triste marea del desánimo, normalmente en horas en las que debiamos sensatamente alejarnos de las preocupaciones de nuestro trabajo. Y si no se aprecia este, ¿por qué empeñarnos en multiplicarlo? Si no hay nadie ahí afuera que quiera escuchar nuestras justas reivindicaciones, ¿para qué reflexionar, informar, escribir...? ¿Vale la pena?
Por suerte o por desgracia, los miles de páginas web y de blogs que, con dedicación no retribuida y muchas veces ni siquiera valorada, mantienen los profesores, no se hacen para mayor gloria de ninguna Consejería de Educación ni de ningún cargo más alto o más bajo de un interminable escalafón, sino para prolongar y complementar con otros medios el esfuerzo que se vierte en las aulas, día a día, semana a semana, mes a mes, curso a curso. Estos blogs no obedecen, porque nada les deben, a ninguna autoridad educativa, tenga los títulos que tenga, sino exclusivamente a la autoridad de la EDUCACIÓN, así con sonoras mayúsculas, que es libertad, tolerancia y respeto, no sumisión a los caprichos, dudosamente legales, como en este caso, de los políticos de turno. Por eso estamos aquí y por eso nos gustaría seguir...pese al mal cuerpo y a la mala leche acumulada en estos comienzos de curso. Perdonadnos otra vez este lenguaje a ras de tierra: en ese nivel estamos y en ese nivel queremos seguir.
¿20 HORAS LECTIVAS? BIEN, DE ACUERDO, PERO DEJEMOS BLOGS, ACTIVIDADES EXTRAESCOLARES, TODO. !QUE LO HAGAN ELLOS!
ResponderEliminarLa verdad es que no habría que hacer NADA EXTRA en los institutos. Que lo hagan los inspectores y los mandamases de la Consejería- ¿O debería decir LAS mandamases, porque son todas mujeres?
ResponderEliminarno tienen vergüenza-
ResponderEliminarEste conflicto que nos enfrenta a la Comunidad de Madrid se está librando en gran medida en los medios de comunicación, que con alguna digna excepción -como la de EL PAÍS y PÚBLICO- han cerrado filas en torno a Esperanza Aguirre y su consejera Figar, lo que no es de extrañar dada su definición ideólogica de derecha pura o de extrema derecha. Gran parte de la energía de los profesores se ha tenido que gastar en la tarea de desmontar un día sí y otro también las burdas manipulaciones de la Comunidad. Pero las calumnias y mentiras han producido un efecto contrario al que se pretendía desde Alcalá 32: han atraído a la resistencia a profesores que política e ideológicamente se sitúan -y están en su derecho- en posiciones próximas al PP, pero que se han sentido humillados por declaraciones infamantes. Como alguien dijo en su momento: "no son las horas, son las maneras". Y esas maneras insultantes han herido profundamente incluso a quienes querían mantenerse al margen del conflicto.
ResponderEliminarPEDAZO DE SINVERGÜENZAS
ResponderEliminar¿Por qué no cierran las escuelas de Formación del Profesorado? A este paso no las van a necesitar.
ResponderEliminarSi no luchamos ahora, nos van a barrer del mapa, no va a quedar de la enseñanza pública ni las raspas.
ResponderEliminarParece que solo hay plan de bilingüismo, fuera de él no crece ni la hierba.
ResponderEliminarSi creen que después de pisarnos la cabeza les vamos a dar las gracias, están muy equivocados.
ResponderEliminar¡Huelga general!
ResponderEliminarNo hay que mover voluntariamente ni un papel.
ResponderEliminarCuando esta gente gane las elecciones vamos a saber lo que vale un peine
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