Qué queréis, a uno le atrae todo lo argentino, incluso lo que no le gusta de aquel gran país del otro lado del charco: sus bravuconadas y sus excesos verbales, ese empeño no solo en querer ser más americanos que nadie, sino incluso en ser más europeos que los propios europeos, el populismo barato y ramplón de muchos de sus políticos...Quizá sea por tener amigos de allá, pero los amigos, si de verdad son amigos, pueden ser de cualquier parte. A lo mejor es el fútbol, pero uno es más de baloncesto, aunque en el deporte de la canasta los argentinos también están entre los mejores. Podría ser la literatura argentina -Mújica Laínez, Bioy Casares, inolvidables Borges y Cortázar, entre muchos- que tanto marcó a uno en su día, quizá para siempre. Podría ser el tango y la milonga. Podría ser, en fin, esa cadencia del español rioplatense con ese voseo y esos verbos agudos, con sus inflexiones tan distintas a las nuestras y tan subyugantes...
Qué importa. El caso es que uno buscaba cuentos de fútbol para los alumnos de Segundo de la ESO y entonces resultó inevitable cruzar el charco, porque allá en la Argentina el fútbol no es solo como aquí el deporte rey, sino una pasión nacional que supera todo lo que por aquí conocemos, incluso en sus extremos de violencia verbal y física. Es además un boyante género literario, con docenas de cultivadores. Y es entonces cuando nos topamos con JOSÉ Mª PASCUAL, un escritor que ha hecho del fútbol un territorio propio donde descarga esa pasión en pequeñas joyas narrativas llenas de lirismo. A QUIQUE WOLFF, un periodista argentino famosísimo -su programa "Simplemente fútbol" es seguido semanalmente por millones de radioyentes-, que cuenta como nadie esas historias, ya lo conocíamos porque en su día trajimos a este blog su famosísimo "Poema del fútbol", con ocasión del triunfo de la selección española en los Mundiales de Suráfrica (entrada de 14 de julio de 2010).
Pero todavía hay que dar otra explicación: ni José Mª Pascual ni Quique Wolff están hoy con nosotros a causa del fútbol ni siquiera por ser argentinos, sino porque, buscando buscando, dimos con un cuento de fútbol que nos pareció una entrañable CELEBRACIÓN DE LA PATERNIDAD, no en lo que tiene de fiesta comercial ni de simple efemérides -que tiene mucho, gracias al Corte Inglés y a la tradición religiosa- sino en su hondo significado de relación no siempre fácil entre padres e hijos. "MI VIEJO" es una estampa sencilla y profunda a la vez, un homenaje a un padre concreto y a todos los padres, pero sobre todo es un reconocimiento de la vida que pasa de padres a hijos en una cadena interminable.