No nos vayamos por las ramas ni por las hojas. El poema que hemos seleccionado para celebrar la llegada del otoño pertenece a la poesía adolescente de uno de nuestros más grandes poetas, Juan Ramón Jiménez, Premio Nobel de Literatura. Son versos sencillos y profundos a la vez, como sencilla y profunda es la belleza del otoño.
!Este año en otoño, sin que sirva de precedente, queda prohibida la tristeza!
Mi alma es hermana del cielo
gris y de las hojas secas;
sol enfermo del otoño,
mátame con tu tristeza.
Los árboles del jardín
están cargados de niebla;
mi corazón busca en ellos
esa novia que no encuentra.
Y en el suelo frío y humedo
me esperan las hojas secas;
!si mi alma fuera una hoja
y se perdiera entre ellas!
El sol ha mandado un rayo
de oro viejo a la arboleda;
un rayo flotante, dulce,
luz para las cosas muertas.
!Qué ternura tiene el pobre
sol para las jojas secas!
Una tristeza infinita
vaga por todas las sendas;
lenta, antigua sinfonía
de músicas y de esencias,
algo que dora el jardín
de ensueño de primavera.
Y esa luz de ensueño y oro
que muere en las hojas secas
alumbra en mi corazón
no sé que vagas tristezas.
De "Arias tristes" (1903)
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