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sábado, 28 de marzo de 2009

Viaje a la Alcarria

El viajero va con su ayudante, con el niño del pelo azafrán al lado. El niño le había dicho:
-¿Me permite que le acompañe unos hectómetros?
El viajero, que siente una admiración sin límites por los niños redichos, le había respondido:
-Bien; te permito que me acompañes unos hectómetros.
Ya en la carretera, el viajero se para en un regato, a lavarse un poco. El agua está fresca, muy limpia.
-Es un agua muy cristalina, ¿verdad?
El viajero descuelga la mochila y se desnuda de medio cuerpo. El niño se sienta en una piedra a mirarle.
-No es usted muy velludo.
- Pues no... Más bien no.
El viajero se pone en cuclillas y empieza a refrescarse las manos.
-¿Va usted muy lejos?-Psche...; regular... Dame el jabón.
El niño destapa la jabonera y se la acerca. Es un niño muy obsequioso.
-¡Pues anda, que como vaya usted muy lejos con este calor!
-A veces hace más, dame la toalla.
El niño le da la toalla.-¿Es usted de Madrid?
El viajero mientras se seca, decide pasar a la ofensiva.
-No, no soy de Madrid, ¿Cómo te llamas?
-Armando, para servirle, Armando Mondéjar López.
-¿Cuántos años tienes?
-Trece.
-¿Qué estudias?
-Perito.
-Perito... ¿qué?
-Pues perito... perito.
-¿Qué es tu padre?
-Está en la Diputación.
-¿Cómo se llama?
-Pío
-¿Cuántos hermanos tienes?
-Somos cinco: cuatro niños y una niña. Yo soy el mayor.
-¿Sois todos rubios?
-Sí, señor. Todos tenemos el pelo rojo; mi papá también lo tiene.
En la voz del niño hay como una vaga cadencia de tristeza.
El viajero no hubiera querido preguntar tanto. Piensa un instante, mientras guarda la toalla y el jabón y saca de la mochila tomates, el pan y un lata de "Foi-gras", que se ha pasado de rosca preguntando.
-¿Cómenos un poco?
-Bueno; como usted guste.
El viajero trata de hacerse amable, y el niño, poco a poco, vuelve a la alegría de antes de decir: "Sí, todos tenemos el pelo rojo. Mi papá también lo tiene". El viajero le cuenta al niño que no va a Zaragoza, que va a darse una vueltecita por la Alcarria; le cuenta también de dónde es, cómo se llama, cuántos hermanos tiene. Cuando le habla de un primo suyo, bizco, que vive en Málaga y que se llama Jenaro, el niño va ya muerto de risa. Después le cuenta cosas de la guerra, y el niño escucha atento, emocionado, con los ojos muy abiertos.
-¿Le han dado algún tiro?
El viajero y el niño se han hecho muy amigos y, hablando, llegan al camino de Iriépal. El niño se despide. (...)
El viajero echa a andar y el niño se queda mirando el borde de la carretera. Desde lejos, el viajero se vuelve. El niño le dice adiós con la mano. A pleno sol, el pelo le brilla como si fuera de fuego. El niño tiene el pelo hermoso, luminoso, lleno de encanto. Él cree lo contrario.

Camilo José Cela

2 comentarios:

  1. muy buen texto por parte del famoso hombre de letras Camilo José Cela

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